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“Trabajé toda mi vida para esto”

Marcelo Rozo, nuevo jugador del PGA TOUR para el 2026 por vía del ‘Final Stage’ del ‘Q-School’, habló desde Ponte Vedra Beach, Florida (Estados Unidos) de este histórico día.

En el Dye’s Valley Course (Ponte Vedra Beach, Florida) se escribió una historia maravillosa para el golf colombiano con Marcelo Rozo como protagonista, después de que ocupara la segunda posición en el del ‘Final Stage’ del ‘Q-School’ y lograra una de las cinco tarjetas al máximo circuito estadounidense para el próximo año.

Al finalizar la jornada, ‘Chelo’ compartió con los medios de comunicación en el que, hasta el momento, ha sido su mayor logro como golfista profesional y que, por supuesto, lo tenía emocionado profundamente.

La salida en el hoyo 18

“Estaba muy nervioso, podía sentir mi corazón latiendo. Fue la salida más dura que he pegado en mi carrera.

Regularmente pegó el ‘driver’ ahí, mi palo favorito, lo estaba pegando muy bien todo el día pero sentía que no había espacio para pegarlo ahí. Sabía que si sacaba mi madera-5 tendría, de alguna manera, un golpe decente, incluso si caía en el ‘rough’. Solo pensaba en hacer par. Sabía que si la empujaba bien con el ‘driver’ estaría en el búnker y era un tiro que no me gustaba. Con mi madera 5 sabía que si lo hacía bien iba a estar corto de cualquier manera y tendría un tiro a ‘green’. Creo que eso era más acorde, solo necesitábamos estar en el césped, ‘fairway’ o ‘rough’, no importaba.

No pensaba en alguien en específico, solo respiraba y trataba de mantenerme en el presente cuando mi mente quería irse hacia adelante. Me decía que debía ir paso a paso y me miraba los pies para recordármelo, para traerme al presente. Estaba meditando activamente”.

Convivir con Camilo Villegas en una semana especial

“En el hoyo 10 miré el tablero por accidente y vi su nombre, o en el hoyo 13, perdón, y vi a Villegas ahí. Sabía que este no se iba a rendir así sin pelear, él es valiente, jugó muy bien y un día como este le favorece mucho a su juego, es muy buen jugador con viento como todos sabemos. Hizo una gran ronda. Triste porque no pudo llegar al ‘playoff’ y lograr su tarjeta de nuevo, pero estoy seguro de que está orgulloso por cómo peleó.

La noche anterior quisimos llevarlo liviano, cocinamos tacos y hablamos poco de golf cuando volvemos a casa. En la mañana, antes de que se fuera de la casa, Camilo estaba estirando y me dijo “Vas a sentir, en algún punto, que se te va a escapar, eso va a pasar. Solo pelea hasta el final, un golpe a la vez. Mantén la cabeza ahí, será duro, pero estás listo para este reto”.

La lucha interna en un día crucial

“No lo he hablado con nadie, pero llamé a mi psicólogo y a mi entrenador, hablamos. Esto es muy duro, dormí bien pero siempre tenía algo en mi mente, incluso durmiendo, y antes de salir de casa comencé a llorar. Las emociones estaban andando, pero me dije a mi mismo que tenía que ver las emociones, abrazarlas y seguir. Están ahí las emociones, no podía mentirme, era la ronda más importante de mi carrera, lloré, me dije que estaba preparado, que estaba listo, que jugaba por este momento y que sería mi día.

He jugado golf por 30 años y estuve cerca un par de veces. Luego tuve una lesión, pensé que no iba a jugar más. Es una mezcla de muchísimas emociones. Mis papás, mi abuelo, lo que hizo por mí siendo mi ‘coach’ de niño, mis hermanos, perdí un hermano que jugó golf con Camilo (Villegas), mis amigos, mi familia, mi esposa que me ha ayudado con nuestro hijo, los patrocinadores, muchas personas, y luego la presión que sientes, fue la más pesada que he sentido sobre mis hombros”.

Visualizar en medio de la tensión

“Estaba en mi cuarto, Camilo y su ‘caddie’ ya se habían ido, estaba con mi rutina después de estirar y después de hablar con mi coach sabía que tenía un nudo, algo en mi pecho que debía dejar salir. Con el vapor, en la ducha, escribí PGA TOUR MEMBER 2026, lo escribí, son pequeñas cosas que no había compartido con nadie. Manifesté, me dije que iba a pasar y también solté presión, que este era mi día, que yo había sido hecho para esto y que había trabajado toda mi vida por este momento”.

El legado de sus hermanos

“Mateo fue un golfista increíble, pero mejor persona. Todo el mundo te lo diría, un hermoso ser humano. Probablemente, aprendí mucho de él cuando era joven, tenía 11 años cuando nos dejó. Era muy disciplinado, nunca se tomó un trago, le gustaba bailar y jugar golf. Tenía 19 años y murió por una cirugía tonta. Debía operarse de la nariz por unas alergias y agarró una infección en la sala de cirugía que se lo llevó a los tres meses. Estaba alistándose para ir a ‘college’, mi hermano del medio (Juan Sebastián) también jugaba, pero eso le cambió la vida y renunció al golf competitivo, iba a ir Barry University, pero decidió quedarse en casa con mis papás y conmigo, ahora es abogado y es mi mejor amigo”.

No hay apoyo como el de su esposa

“Me pongo emocional hablando de mi esposa (Manuela). Es mi roca, es la mujer más alentadora, la mejor esposa y madre. Estoy orgulloso de ella. Soy afortunado por tenerla, le debo todo por su apoyo porque hubo un par de años que tomó todo sobre sus hombros, cuando el golf no estaba funcionando para mí. La conozco de hace mucho, su hermano mayor solía jugar golf con mis hermanos, con Camilo y Manuel Villegas, nuestras familias se conocen hace 35 años. Su papá fue transferido a Bogotá desde Medellín y somos novios desde los 16 años. Me ha apoyado por 17 años, más de la mitad de mi vida. Así que toda mi gratitud para ella”.

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